
Hace un par de dias, hablaba con un compositor por teléfono, y me comentaba que había llegado a un punto en que no sabía si dejar de componer y dedicarse a otra cosa, dado el estado, lamentable, en que se encuentra la promoción y distribución de sus trabajos en este páís ( por no hablar ya de que una discográfica se interese).
Escuchar esto en voz de uno de los compositores que más admiro me creó un estado de cabreo que no os lo podeis imaginar. Pensar que hay tanta gente que desconoce una serie de compositores musicales impresionantes, y lo que es peor aún, que las emisoras convencionales pasen por alto todo este movimiento, me entristece. Me entristece y me cabrea (perdón por la expresión, no encuentro otra).
Se crean comités de sábios para televisión, para que a los niños no les afecte lo que en ellas sale, que no se digan tacos, ni hieran sensibilidades, y se supone 'no reciban negatividad y malos modos en ese medio'. En cambio en las radios convencionales de nuestro país ( menos tres programas contados) no se crea dicho comité para que 'vigilen' la calidad y variedad de lo que se nos ofrece a los oyentes. Curiosos sábios tenemos en este país.
Sabios que se llenan los bolsillos a base de bombardeos promocionales de intereses, de programas encapsulados hacia lanzamientos con fecha de caducidad, de 'creatividad cero' ante un mando a distancia, de iconos que se convertirán en juguete roto... es un sin fín. Entristece.
Mientras, músicos con grandes ideas, productores con gente valiosa en sus manos, directores de programas con ideas, escritores con un talento increible... callan y doblan servilletas de papel en cafeterias, mirando la sección de empleo de algún periódico. Desesperados y hundidos con sus experiencias.
Quizá por esto decidí mirar hacia una alternativa. Cansada de mirarme el ombligo. Aqui me hallo, en internet, libre y sin presiones de sabios moralistas. Tal vez mi idea quede en el saco roto de los chillidos convertidos en ahogo suspendido, pero no me importa, por ahora no estoy falta de voz y de compañía.
Quien sabe, a lo mejor pasa algo; algo tiene que pasar.