viernes, agosto 05, 2005

Finito y sin limites (parte II)

Finito y sin limites, de Héctor, me inspiró para contar la historia de una estancia en un monasterio Zen. Encontré el titulo muy apropiado para ello, dejando a parte si es real la historia o no, eso lo dejo a tu juicio ;)

Lo verdaderamente importante es lo que la música despierta en uno muchas veces. En mi la inspiración para contar cosas en este tu blog, mi blog.

Mi sueño en el monasterio zen duraba tres días en los que aprendí muchas cosas de mi misma, y de los demás. A veces uno puede levantar murallas enormes para deshacerse de aquello que no le gusta, aún sabiendo que un día u otro deberá golpearlas si quiere saber donde nos lleva lo que hay tras ellas; cuando esto sucede, tarde o temprano, uno se da cuenta que todo es mucho más sencillo, que lo que tenía importancia ayer hoy ni siquiera lo recuerdas, todo cambia, en cambio, todo fluye, se expande o se contrae, según nuestras medidas.

Bajo mi piel de mujer alegre y fuerte, está mi fragilidad, mi tristeza, mi debilidad... y muchas veces veo más mi lado negativo que el positivo. Eso nos pasa a todos. Intentemos cambiarlo; ver antes lo positivo que lo negativo. Resulta fácil decirlo eh?, lo sé.

El ying y el yang.

Finito y sin limites me lleva al silencio, al espacio, a la solemnidad, al universo; para mi la mejor experiencia que uno puede tener en relación a todo esto es el zen. Para otro será un paseo por el bosque, por la playa, soñando...todo vale! Cada uno en su forma.

Duende, tenemos tanto que aprender! Abre las ventanas hoy y fijate como entra el aire por ellas, sientelo, en tu cara, en tu interior, como si fuera la primera vez que lo sientes, muestrale tu cara más amable e inspira profúndamente.

Finito y sin limites.

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