lunes, marzo 06, 2006

Diario Malí

Hay días en los que el despertar se hace perezoso y cuesta arriba. Días en los que necesitas que la calma entre en tu mente y la suavidad en tus oídos.

Es entonces cuando recurro a la música como terapia que alimente esa suavidad.

Hoy he escogido a Ludovico Einaudi y Ballaké Sissoko, con su Diario Malí, editado por Resistencia.

Piano y Kora (un instrumento de 21 cuerdas bien conocido en el centro de Africa y en particular en Malí) me transportan a un viaje a través de Africa, imaginándome estos dos amigos, Ludovico y Ballaké, pertenecientes a diferentes mundos y que se encuentran en el desierto, intercambiando como regalos sus propias músicas a la sombra del árbol de la Henna. Transfondo de música malinesa, ecos de blues, ritmos caribeños armonías renacentistas europeas... entre ambos crean y desarrollan un diálogo libre y fluido improvisando su discurso a través de piano y kora en una historia más allá del tiempo.

Escuchar la suavidad de este trabajo me introduce en un mar de arena y calma, calma desértica, nostálgica, a la vez que me ofrece una sonrisa. Diario Malí nos ofrece un alto, una parada en esta vida ruidosa y estresante y nos dice 'eh! siéntate, bébete algo a mi salud y disfruta del paisaje musical que te ofrecemos', sin más, el disfrutar por disfrutar, ¡qué mejor regalo! y cuando escuchas los primeros compases, simplemente de dejas llevar por la magia.

Con vuestro permiso, sigo disfrutando de estos amigos y de Diario Malí. ;)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo más al sur de África que nunca he llegado son las dunas rojizas de Merzoga y la tienda de un touareg en M'hamid. Pocas veces deseo de veras regresar de un viaje, no importa si es al silencio del desierto o al verde con cascabel de rocío de otros lares (véase Patagonia chilena). Pero en aquella ocasión fue toda una agonía dar la vuelta, porque me llamaban desde Senegal, desde Mali... Así que desde entonces me conformo con algunos cds. Me encantaría escuchar el que mencionas, Philo, y también "ese otro que tenemos pendiente" cuando quieras. Porque ya toca ese café, ¿no crees?

He resbalado al fondo, pero saqué uñas, escalé, asomé la cabeza y de nuevo respiro.

Vente.

Petons.