
Sí, me va a costar admitirlo, pero tengo que hacerlo, por mi bien y por desahogarme un poco.
Reconozco que he pecado, ayer vi Salsa Rosa durante casi tres cuartos de hora... seguidos!!! y eso no es lo peor, lo peor es que me gustó quien hablaba y lo que decía. Una entrevista a Jose Luís Uribarri hablando del festival de Eurovisión y de los tejemanejes del evento.
Espero que no me condenéis al ostracismo por ello.
Impresiona que alguien te hable tan abiertamente en un medio de comunicación de todo lo relacionado con la música y lo que se cuece alrededor de ella en despachos cerraditos y con aire acondicionado.
¿Qué os voy a contar que no imaginéis? Todo eso y más. Desde elecciones a dedo, o por futuros negocios, todo por las ventas o posibles promociones que puedan ayudar a que se venda rápido y más. Todo esto dejando claro que nuestras representantes no tienen culpa, y eso, por mi parte, lo tengo muy claro. No la tienen.
Uribarri no se mordió la lengua al hablar de la programación musical de este santo país. Y es que para ver algo de música en la televisión pública 'tienes que quedarte hasta las dos de la madrugada y con suerte...' - decía -.
Vale, sí, muchos músicos no tienen ganas de ir a Eurovisión, pero hay que reconocer que es una buena plataforma - tal y como Uribarri dice - para que te conozcan ya sea como autor, compositor o cantante; y que a una convocatoria le envien siete mil maquetas... cuidadín!.
Uribarri no tan sólo habló de OT's y Massiel, sino que hizo un guiño complice a todos los músicos con gran talento de este país y que no se ven apoyados, ni reciben respuestas a sus intenciones de ser escuchados, aunque sea un ratito.
!!Pero bueno!! !!Me declaro fan de Uribarri!! ¡¡¡Casi se me caen las lágrimas, que esto lo tenga que escuchar en Salsa Rosa!!!.
Eurovisión es espectáculo y tenemos que estar a la altura, acaba diciendo.
Y yo digo, mientras no se escuchen maquetas ni tengan apoyo los músicos -todos- en la cultura y por tanto, los medios de comunicación de este país, tenemos justo lo que nos merecemos.