Hay notas que sabes que te acompañarán el resto de tus días. Están dentro de esos temas atemporales, que pasan toda clase de estaciones y permanecen.
Hay melodías suaves y acompasadas, que te lanzan a un viaje imprevisto, lleno de sorpresas y con la sonrisa apunto de nieve, melodías perfectas, que lucen impecables sus colores y su textura, melodías en las que sabes que nada puede decepcionarte, las que no fallan nunca. Las hay percusivas y rasgadoras que te congelan los sentidos y tan sólo te permites mantener el oído alerta esperando el cambio para que te atrape y sucumba tu cuerpo, y un escalofrío recorra todo tu ser, fundiéndote en ese clímax, melodías también perfectas, de las que vas a buscar la reacción expresamente, para que te muestre la emoción que plasmó el compositor al ejecutarlas.
Las hay de muchos tipos , permanecen y conviven juntas, cada una en su lugar, formando un todo. Imprescindible cada una de ellas en su momento adecuado.
La vida sin música sería un error.
Sí.
Definitivamente.
Sí.
Hay melodías suaves y acompasadas, que te lanzan a un viaje imprevisto, lleno de sorpresas y con la sonrisa apunto de nieve, melodías perfectas, que lucen impecables sus colores y su textura, melodías en las que sabes que nada puede decepcionarte, las que no fallan nunca. Las hay percusivas y rasgadoras que te congelan los sentidos y tan sólo te permites mantener el oído alerta esperando el cambio para que te atrape y sucumba tu cuerpo, y un escalofrío recorra todo tu ser, fundiéndote en ese clímax, melodías también perfectas, de las que vas a buscar la reacción expresamente, para que te muestre la emoción que plasmó el compositor al ejecutarlas.
Las hay de muchos tipos , permanecen y conviven juntas, cada una en su lugar, formando un todo. Imprescindible cada una de ellas en su momento adecuado.
La vida sin música sería un error.
Sí.
Definitivamente.
Sí.
1 comentario:
... y las hay en salsa de lágrimas.
Además de un error, sería un desperdício.
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