viernes, enero 25, 2008

Día a día



Me falta tanto tiempo para conocerte, para dedicarte la atención que requieres... Me falta tiempo para reconocer tu pasado, para si así lo requiere, abofetear tu presente, tu pérdida de tiempo en las banalidades de la creatividad. Me falta tiempo para descifrar todo tu entramado de siglos, averiguar tu esencia, descubrir tus fundamentos, anotar tus secretos y guardarlos bajo la llave de la ternura, esa que me lleva a ti.

Me sobra todo cuando me sumerjo en ti, tan sólo mi aliento es necesario. Me sobran el tiempo y las estaciones. Tu invisibilidad no me hace necesaria la mirada, ni el tacto, ni los aromas, tan sólo el sentir mi respiración pausada y el disfrute de tu presencia audible.

Acudes con tu rezo cada día, me incitas a preguntarme una y otra vez dónde reside tu poder y necesito saber si en realidad mis batallas internas se decidirán algún día a no mostrarte ante los demás, tenerte sólo para mi. Renunciar a todo y ser exclusiva para ti, pues ante ti me rindo.

Te presentas cuando menos lo espero. Me sacudes el alma y te apoderas de mi ser sin previo aviso. A veces tus efectos me duran días, otras apenas unos minutos, como bálsamo de miel y limón para mi garganta.

Aunque debo decir que muchas veces soy yo la que te busco .

Ven ternura ante mi súplica, ven.


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