Mi afición por el piano es bien sabida por quien me conoce.
Cada semana acudo a clases. A parte de la enseñanza de piano, mi profesor , Carlos, y yo, hablamos sobre música, anécdotas o bien sobre algún autor que hayamos conocido.
La semana pasada me relató esta historia que me pareció fascinante y que quiero compartir.
Es la historia de un músico profesional, un chelista, cuando a una cierta edad decide dejar ya de tocar conciertos en una orquesta de manera profesional. Conoce a su sustituto en dicho instrumento y orquesta, y como favor personal , el sucesor le pide al músico que le vea en su primera actuación, a lo que el músico le dice que por supuesto.
El día del concierto, el músico ‘retirado’, se sienta cómodamente en su butaca, dispuesto a ver el debut de su sucesor.
Empieza el concierto y el profesor siente como se le eriza la piel, como sus emociones salen a flote para elevarle a un estado de felicidad, haciendo que sus ojos brillen sin pestañear para no perderse un segundo de lo que estaba viendo y sintiendo.
Al final, el músico va a felicitar por su estreno a su sucesor y le dice emocionado que había sido fantástico, que el nunca había escuchado esa sinfonía tocada de esa forma tan maravillosa y que le felicitaba por su gran maestría en el instrumento.
El sucesor no daba crédito a las palabras del músico y le dijo:
‘¡Pero maestro, esto es lo que habéis hecho vos mismo durante años! ¡¡Sois conocido por esto!! ¡Para mi es una responsabilidad hacerlo igual que usted!’
...
Y es que a veces, cambiar las perspectivas nos hace ver las cosas de diferente manera, mas relajada, pudiendo ver cada detalle y ser curioso en cada sonido que antes nos pasaba desapercibido recuperando la esencia de lo invisible.
Así quiero plantearme este año. Curiosa, relajada, escuchando no tan sólo por escuchar, sino por ampliar mi campo visual respecto a la música para poder intentar traspasarlo hasta llevarlo a la radio.
En definitiva, mirar la esencia que me ha traído siempre hasta aquí.
Feliz 2008 a todos. :-)
Cada semana acudo a clases. A parte de la enseñanza de piano, mi profesor , Carlos, y yo, hablamos sobre música, anécdotas o bien sobre algún autor que hayamos conocido.
La semana pasada me relató esta historia que me pareció fascinante y que quiero compartir.
Es la historia de un músico profesional, un chelista, cuando a una cierta edad decide dejar ya de tocar conciertos en una orquesta de manera profesional. Conoce a su sustituto en dicho instrumento y orquesta, y como favor personal , el sucesor le pide al músico que le vea en su primera actuación, a lo que el músico le dice que por supuesto.
El día del concierto, el músico ‘retirado’, se sienta cómodamente en su butaca, dispuesto a ver el debut de su sucesor.
Empieza el concierto y el profesor siente como se le eriza la piel, como sus emociones salen a flote para elevarle a un estado de felicidad, haciendo que sus ojos brillen sin pestañear para no perderse un segundo de lo que estaba viendo y sintiendo.
Al final, el músico va a felicitar por su estreno a su sucesor y le dice emocionado que había sido fantástico, que el nunca había escuchado esa sinfonía tocada de esa forma tan maravillosa y que le felicitaba por su gran maestría en el instrumento.
El sucesor no daba crédito a las palabras del músico y le dijo:
‘¡Pero maestro, esto es lo que habéis hecho vos mismo durante años! ¡¡Sois conocido por esto!! ¡Para mi es una responsabilidad hacerlo igual que usted!’
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Y es que a veces, cambiar las perspectivas nos hace ver las cosas de diferente manera, mas relajada, pudiendo ver cada detalle y ser curioso en cada sonido que antes nos pasaba desapercibido recuperando la esencia de lo invisible.
Así quiero plantearme este año. Curiosa, relajada, escuchando no tan sólo por escuchar, sino por ampliar mi campo visual respecto a la música para poder intentar traspasarlo hasta llevarlo a la radio.
En definitiva, mirar la esencia que me ha traído siempre hasta aquí.
Feliz 2008 a todos. :-)
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